Exjefe de la policía escolar de Uvalde es acusado por la lenta respuesta a la masacre de 2022
AUSTIN, Texas -- El jefe de policía de las escuelas de Uvalde, Texas, no identificó un tiroteo activo, no siguió su entrenamiento y tomó decisiones críticas que retrasaron la respuesta de las autoridades para detener a un hombre armado que estaba "cazando" víctimas y que finalmente mató a 21 personas en la escuela primaria Robb, según una acusación hecha pública el viernes.
Pete Arredondo fue arrestado e ingresado brevemente en la cárcel del condado de Uvalde antes de ser puesto en libertad el jueves por la noche por 10 cargos de abandono o poner en peligro a un niño en el ataque del 24 de mayo de 2022, en el que murieron 19 niños y dos profesoras. El ex agente escolar Adrian Gonzales también fue acusado de cargos similares, informaron los periódicos Uvalde Leader-News y San Antonio Express-News.
El Uvalde Leader-News informó que la fiscal de distrito Christina Mitchell confirmó la acusación.
Mitchell no respondió los mensajes telefónicos ni los correos enviados por The Associated Press en busca de comentarios. Varios familiares de víctimas del tiroteo no respondieron a mensajes en busca de comentarios.
Las acusaciones convierten a Arredondo, que era el comandante en el lugar de los hechos durante el ataque, y a Gonzales en los primeros policías que enfrentan cargos penales en uno de los tiroteos escolares más mortíferos en la historia de Estados Unidos. Un informe de los legisladores de Texas que examinó la respuesta de la policía describió a Gonzales como uno de los primeros agentes en entrar a la escuela después de que comenzara el tiroteo.
El primer agente de la ley de E.E.U.U. juzgado por presuntamente no actuar durante un tiroteo en el campus fue un agente del alguacil del campus de Florida que no entró en el edificio de salones de clase y no enfrentó al autor de la masacre de Parkland en 2018. El agente, que fue despedido, fue absuelto de un delito grave de negligencia el año pasado. Está pendiente una demanda de los familiares y sobrevivientes de las víctimas.
La acusación contra Arredondo, que era el comandante en el lugar del tiroteo, acusó al jefe de retrasar la respuesta policial a pesar de escuchar disparos y ser notificado de que había niños heridos en los salones y que un maestro había sido baleado. Arredondo llamó a un equipo SWAT, ordenó a los primeros agentes que acudieron que abandonaran el edificio e intentó negociar con el pistolero de 18 años, según la acusación.
"Después de haber sido avisado de que uno o varios niños estaban heridos en una clase de la escuela primaria Robb (Arredondo) no identificó el incidente como un incidente de tirador activo y no respondió como estaba entrenado para un incidente de tirador activo y, en su lugar, ordenó a los agentes del orden que evacuaran el ala antes de enfrentarse al tirador, retrasando así la respuesta de los agentes del orden a un tirador activo que estaba cazando y disparando a uno o varios niños", dice el escrito de acusación.
Más de 370 agentes federales, estatales y locales acudieron a la escuela primaria Robb, pero esperaron más de 70 minutos antes de enfrentarse al tirador, mientras se le oía disparar con un rifle AR-15. Los alumnos aterrorizados que se encontraban en el salón de clase llamaron a la policía mientras padres agonizantes rogaban a los agentes -algunos de los cuales podían oír los disparos mientras estaban en un pasillo- que entraran.
Finalmente, un equipo táctico de agentes entró en el salón de clases y mató al tirador.
En la acusación se acusa a Arredondo de no proteger a los sobrevivientes del ataque, entre ellos Khloie Torres, que llamó al 911 y suplicó ayuda, diciendo a un operador: "Por favor, dese prisa. Hay muchos cadáveres. Algunos de mis profesores siguen vivos, pero los han disparado".
Los cargos conllevan hasta dos años de cárcel en caso de condena. Arredondo no tiene un número de teléfono en la lista y el secretario del tribunal no tenía registro de un abogado para él.
En una entrevista concedida al Texas Tribune dos semanas después del tiroteo, Arredondo insistió en que tomó las medidas que consideró más adecuadas para proteger las vidas de alumnos y profesores.
"Mi idea era llegar lo antes posible, eliminar cualquier amenaza y proteger a los alumnos y al personal", declaró al periódico.
Desde entonces, los críticos informes de investigación estatales y federales sobre la respuesta de la policía han catalogado de "fallos en cascada" los problemas de formación, comunicación, liderazgo y tecnología.
Arredondo perdió su empleo tres meses después del tiroteo. Varios de los agentes implicados fueron finalmente despedidos y, según investigaciones separadas del Departamento de Justicia y de legisladores estatales, las fuerzas del orden realizaron una respuesta fallida a la masacre.
El senador estatal de Texas Roland Gutiérrez, que representa a Uvalde, dijo que la investigación no debería detenerse con las dos acusaciones contra los agentes de la escuela. Gutiérrez ha criticado al Departamento de Seguridad Pública de Texas y al jefe de la agencia, Steve McCraw, que testificó ante el gran jurado en febrero.
No estaba claro el viernes si el gran jurado consideró acusaciones contra algún otro oficial.
"Todos y cada uno de los agentes que no actuaron aquel día deben rendir cuentas", afirmó Gutiérrez. No podemos descansar hasta que se haga justicia".
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El periodista de Associated Press Terry Spencer en Fort Lauderdale, Florida, contribuyó a este informe.
